sábado, 22 de enero de 2011

Escupiré sobre tu tumba (I Spit on Your Grave)(2010)

 Conocida también como 'La Violencia del Sexo' y 'Dulce Venganza'

Año: 2010
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 108 minutos.
Dirección: Steven R. Monroe.
Intérpretes: Sarah Butler, Jeff Branson, Chad Lindberg, Daniel Franzese, Andrew Howard, Rodney Eastman.

"Una bella escritora urbana, Jennifer Hills, alquila una aislada cabaña en el campo para escribir su próxima novela. Lo que nunca se esperó es ser el objetivo de un grupo de inadaptados que someterán a Jennifer a una pesadilla llena de degradación, violación y violencia. Dada por muerta, Jennifer regresa para cobrar venganza, atrapando a sus atacantes uno por uno, inflingiendoles tormentos físicos con una ferocidad que sobrepasan a la pesadilla que le tocó vivir previamente.
 Claramente, la víctima se ha convertido en un victimario."

 Hace un tiempo atrás la remake de Last House on the Left (ver reseña acá) le dio en el clavo al subgénero de violación & venganza tan de moda en los años 70-80 y que tan poco lugar puede encontrar en el cine actual. Digamos que ahora mismo para que una película de género impresione tiene que tener una cuota ingente de sangre y violencia, en comparación de una historia aceptable y buen suspenso. Por un lado, Last House.. logró una historia convincente y violencia realista dentro de todo para dejar contenta a la audiencia, y por el otro tenemos al remake de I Spit on Your Grave, una historia muy similar a Last House... pero con la diferencia de que la historia es básicamente tan fina como una hoja de papel, y una clara estudiante del reinado que dejó Saw en el género.

 Algo que me extraño desde el principio fue su duración, casualmente más de hora y media, que es la duración normal de este tipo de propuesta; esos quince minutos extra actualmente le sirvieron al film para expandir un par de ideas y no quedarse en el mero despliegue de violencia y sadismo; claramente la película se divide en tres actos: el primero para plantear el conflicto en un tramo lleno de todos los clichés posibles que se pueden imaginar: escritora joven sola + casa en el medio de la nada + encuentro no muy agradable con los pueblerinos + etc. De no ser por la rotunda segunda parte, en la cual el personaje de Jennifer es vejado vilmente por 5 tipos, uno pensaría que ya vio esta película. Una vez que los intrusos entren en la casa, no hay lugar para el descanso hasta que dejen tranquila a la protagonista (y con tranquila no me refiero a entera física y anímicamente) en una seguidilla de escenas subidas de tono e implacables por su contenido, totalmente incómodas por donde se las mire (aunque creo que si hubieran querido, podrían haber subido las apuestas un poco más)

 Tras una lenta pero convincente transición entre el segundo y tercer acto - que toma prestado elementos discernibles de propuestas como I Know What You Did Last Summer - en los últimos veinticinco minutos es cuando toda la carne es puesta en el asador y finalmente la construcción de esta cruenta venganza se hace realidad en los mejores y más violentos momentos de toda la película. Si muchos piensan que la película - y por lo tanto su original también - son una oda a la violencia femenina, no se puede dejar de pensar que también es una oda a la liberación femenina - obviamente, dejando en suspenso la credulidad de esta venganza (si no, ¿cómo hizo una mujer para atacar a cinco hombres y disponer de ellos como si fueran osos de peluche sin peso alguno?)

De nada hubiera servido esta ordalía de sangre sin un elenco creíble, y la protagonista Sarah Butler al principio flojea un poco, pero cuando tiene que ponerle el cuerpo - y con cuerpo me refiero a desnudo completo - a la situación, su credibilidad no puede ser puesta en tela de juicio: viendo como esta banda de forajidos la atacan uno no puede sentirse más que apenado por ella, y cuando finalmente puede concretar su venganza, aplaudirá en la inmiseridorde máquina de matar en la que se ha convertido: Jigsaw hubiera estado más que encantado con el despliegue de torturas de Jennifer, torturas que no se la deseo ni al peor de mis enemigos (bueno, tal vez un poco...)
 Contra ella se encuentra el grupo de verdugos, cada uno con una cuota de culpa de mayor o menor medida, pero todos culpables y aborrecibles, haciendo un elenco muy verídico, en especial Andrew Howard como uno de los sheriffs más detestables del cine de horror, y Chad Lindberg, cuya interpretación del retrasado del grupo realmente me llegó.

El director Steven R. Monroe realmente no se quedó atrás e impactó en donde tenía que impactar, ya que la(s) escena(s) de violación son insoportables de ver, y hasta la violencia al final está tan sobrepasada que se siente muy real. No se puede evitar, sí, que hay ciertos huecos en la trama que con un poquito de mayor exposición hubieran redondeado la película un poco más - aunque el traspaso de chica escritora inocente a máquina letal comando no tiene tanto sentido una vez que uno le presta mayor atención -.

I Spit on Your Grave es una actualización correcta para los tiempos que corren, y un buen momento tanto incómodo como ultraviolento que cumple su función de entretener con esta historia de venganza a toda costa.


Calificación: B

1 comentario:

Emepol dijo...

Creo que la remake no se acerca por asomo a la contundencia de la original. El sufrimiento de la protagonista es mayor y por ende, la empatía con ella es mayor. Me gustó de aquella el hecho de lo jugado que resultaba que una víctima de violación usara su sexualidad para tramar su venganza. En esta, uno piensa ¿dónde aprendió a armar esos instrumentos de tortura una escritora?...
Eso sí, la ventaja de la remake es que el final es más redondo, la original terminaba muy abruptamente.