miércoles, 20 de agosto de 2014

Relatos Salvajes

Año: 2014.
Género: Comedia - Drama - Thriller.
País: Argentina - España.
Duración: 122 minutos.
Dirección: Damián Szifrón.
Intérpretes: Ricardo Darín, Oscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Erica Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, María Onetto, Osmar Nuñez, María Marull, Nancy Dupláa, Mónica Villa.


"Un ingeniero experto en demoliciones, la moza y la cocinera de un parador de mala muerte, el pasajero de un vuelo, una novia en su noche de bodas, un magnate enfrentado a una difícil situación familiar y un conductor se ven súbitamente envuelto en diferentes situaciones donde la violencia es la única salida."

 Semanas después de haber visto Relatos Salvajes todavía no puedo sacarme esa sonrisa de la cara cada vez que recuerdo algún momento de la película.

 Casi nueve años después de su última incursión en el cine, Damian Szifrón se tomó su tiempo pero el resultado es insoslayable: estamos frente al éxito taquillero nacional del año, ese que genera alabanzas tanto del público y de la crítica y cuyo boca a boca será la comidilla de todos los lugares públicos. No estoy exagerando, y si exagero, no le hace mal a una película que en el mercado actual nacional del cine, viene a reivindicar lo que significa el buen cine comercial del país.

 A través de seis historias cuyo único nexo es la liberación del mosntruo de la violencia que llevamos todos dentro, Szifrón construye un largometraje de vuelo internacional, que nada tiene que envidiarle a grandes producciones norteamericanas. Relatos Salvajes es prácticamente un film inclasificable: podría ser una comedia - negrísima, si vamos al caso - un thriller - sus momentos de suspenso están muy bien cronometrados - o hasta un drama - el peso dramático existe - pero en general la mezcla de tonos y ese total desdén por evadir clasificación alguna es lo que la hacen aún más grande.

Como director, Szifrón sabe lo que quiere y el estilo con el que filma denota una persona precisa, que sabe lo que quiere y eso se refleja en pantalla. Como guionista, el toque argentino se encuentra fuertemente presente en cada historia, pero cada historia tiene un aire humano universal, esa mezcla entre impotencia y justicia por mano propia, que es imposible no generar empatía con alguna u otra situación.

A cada relato lo acompaña también un elenco fascinante, la créme de la créme nacional, ya sea desde la pequeña participación de Dario Grandinetti la hilarante Pasternak, el contraste de la rudeza de Rita Cortese y la bondad personificada de Julieta Zylberberg en Las Ratas, pasando por la solvencia de Ricardo Darín y Oscar Martínez en Bombita y La Propuesta respectivamente - la primera de seguro con visos a convertirse en una favorita de la gente.

Ciertos puntos álgidos, sin embargo, son el segmento El Más Fuerte, donde el estirado personaje de Leonardo Sbaraglia la pasa mal en un hermoso paisaje en el norte del país, y el corto final, Hasta que la muerte nos separe, donde Erica Rivas demuestra una vez más que es un tesoro nacional, personificado a una flamante novia que se entera de lo peor en su casamiento.

Relatos Salvajes es una experiencia cinéfila única, con un director cuyos trabajos se hacen desear, pero cuando llegan arremeten con todo y nos dan los mejores momentos del cine nativo. Una cita imperdible para conectar con el animal salvaje que todos llevamos dentro.

 Calificación: A


martes, 5 de agosto de 2014

12 horas para sobrevivir (The Purge - Anarchy)

Año: 2014.
Género: Acción - Thriller.
País: Estados Unidos.
Duración: 103 minutos.
Dirección: James DeMonaco.
Intérpretes: Frank Grillo, Carmen Ejogo, Zack Gilford, Kiele Sanchez, Zoê Soul, Justina Machado, John Beasley, Jack Conley, Michael K. Williams, Edwin Hodge.


"Un vigilante aprovecha las 12 horas de la Purga para eliminar criminales en venganza por la muerte de su hijo, pero deberá ayudar a algunos inocentes en riesgo durante ese lapso en los que la Policía no puede ser llamada, los hospitales no brindan atención y el homicidio es legal."

La principal crítica que se le hizo el año pasado a The Purge era que, debido a los estándares de presupuesto manejados en la productora Blumhouse, la trama se encontraba contenida en los confines de una mansión. La promesa de una batalla campal en las calles entonces se esfumaba poco a poco, ateniéndonos a la desabrida trama de una familia atacada por un motivo más que simplista.

 Con el presupuesto triplicado, finalmente la acción se hace presente en las calles, y en The Purge: Anarchy, lo que fallaba en la idea de suspenso y home invasion ahora es un thriller que cumple tímidamente lo que el concepto pergreñado por James DeMonaco siempre quiso mostrar: la peor cara de una sociedad desmoronada y entregada a su estado más salvaje.

Todo esto no quiere decir que Anarchy sea una brillante crítica social. Está a años luz de eso, y sí al menos es un escalón superior a su predecesora. A DeMonaco no le interesa poner al espectador frente a una situación incómoda y dejarlo pensando durante toda la semana frente al crisol moral de su guión y sus protagonistas. Al director lo que le interesa es una situación donde la angustia vaya subiendo poco a poco y estalle en el peor de los momentos, que los ciudadanos se enfrenten unos a otros y que todo termine como empezó: con el pitido escalofriante de una sirena.

Los personajes siguen siendo caricaturas un tanto forzadas, pero al menos ahora el espectador tiene de donde elegir. El principal es Frank Grillo como un parco hombre queriendo vengar la muerte de su hijo, una pareja joven - Kiele Sanchez y Zack Gilford - queriendo escapar de la Purga pero cayendo en medio de ella, y por último una madre y su hija - Carmen Ejogo y Zoe Soul, quienes obviamente se verán metidas en medio del embrollo. También habrá un grupo anti-Purga liderado por Michael K. Williams, todos en una pelea a campo traviesa por sobrevivir la noche anual de matanza establecida por los Padres Fundadores.

Y así, entre el caos organizado y una muerte tras otra, Anarchy DeMonaco se divierte saliendo de la zona de confianza de la primera entrega y si sumerge en la anarquía de fuego, a la cual todavía le quedan varias preguntas por contestar, pero que de seguro serán contestadas en siguientes secuelas, que esperemos tomen otros aspectos interesantes del concepto de la Purga, porque una repetición de lo mismo - y todos los años - cansa enseguida.

 Calificación: B

domingo, 3 de agosto de 2014

Lore

Año: 2012.
Género: Drama bélico.
País: Alemania - Australia - Reino Unido.
Duración: 109 minutos.
Dirección: Cate Shortland.
Intérpretes: Saskia Rosendahl, Kai Malina, Nele Trebs, Ursina Lardi, Hans-Jochen Wagner, André Frid, Mika Seidel, Eva-Maria Hagen.


"Cuando el nazismo cae, Lore conduce a sus hermanos en un viaje que los expone a la verdad de las creencias de sus padres. Un encuentro con un misterioso refugiado fuerza a Lore a confiar en una persona que siempre se le ha enseñado a odiar. La vida le demuestra que quizás no todo fue como siempre creyó."

 Con bastante más retraso que su compañera de terna a los Oscar a Mejor Película Extranjera -Kon-Tiki, estrenada el pasado diciembre- finalmente llega a las pantallas nativas una nueva dosis de drama de la Segunda Guerra Mundial, que nunca falta en las carteleras, de la mano de Cate Shortland y su Lore.

 La trama del film nos transporta directamente a los estertores de muerte del régimen nazi de Hitler, donde la familia de un oficial fascista debe aceptar que el sueño en el cual se han visto inmersos durante estos años ha terminado de forma abrupta, y ahora lo único que les queda es escapar raudamente, antes de que los Aliados los alcancen. En el centro de esta familia rota se encuentra Hannelore, la Lore del título, una joven que de pronto debe asumir que el mundo en el que fue criada no existe más, y que además debe hacerse cargo de sus cuatro hermanos mientras sus padres enfrentan las consecuencias de sus actos. Y no sólo Lore deberá sacar adelante a los restos de su familia a través de un viaje larguísimo y lleno de peligros, sino que el despertar sexual llegará en el momento menos indicado para ella.

Basada en un tercio de la novela The Dark Room de Rachel Seiffert -el mejorcito de los tres, digamos- el guión de la misma Shortland y Robin Mukherjee se toma un par de licencias creativas con tal de amalgamar un poco las situaciones azarosas de Lore y sus hermanos, y crear un poco más de cohesión narrativa que la novela. Aún así, Lore sigue siendo brutal y acongojante, mezclando paisajes capturados con hermosura gracias a la fotografía de Adam Arkapaw y cuerpos corruptos dejados a la intemperie, vejados y cubiertos de sangre.

 Al mejor estilo de una road movie, si se quiere, Lore y sus hermanos deben sortear un sinfín de situaciones terribles, que ningún chico de esa edad debería soportar, y la visión infantil de los menores genera el contraste más interesante de la película contra la adusta crianza de Lore, que la empuja a odiar todo lo que es diferente a ella. Sin la gran interpretación de la nuevísima Saskia Rosendahl en su primera incursión cinematográfica creo que el film hubiese sido vastamente inferior, ya que Rosendahl logra reunir en su sola persona ese temor a lo desconocido, ese miedo a la otra persona, pero también ese debate interno entre el deseo y el deber que prácticamente no la deja respirar.

Muchos le escaparán a Lore por miedo a la repetición del tópico que maneja, pero el pulso de la directora y un gran protagónico surgen como las mejores aristas que tiene el film australiano para dejar disfrutar de este doloroso viaje a través de la historia.

 Calificación: B